Tú y yo somos homogéneos, nos mezclamos como el café y la leche (igual de rico), somos como mar y arena; una divinidad inmersa.
Te necesito como necesito el agua, ya has formado parte de mi vida y ni pensar de pasar un día sin ti. Eres parte de mis pensamientos, mis sueños, mi presente, mi futuro, el todo, mi todo.
Romeo y Julieta no son nadie; Jack y Rose no vivieron el amor porque nosotros no necesitamos una justificación para vivir nuestro amor.
Tu y yo somos un nosotros pero al mismo tiempo un tu y yo unidos, que no hay más manera de unirnos porque no existe "ese tipo de pegamento".
No somos ningún contrario porque no seguimos un camino. El amor no se compara porque no es algo que se pueda duplicar o igualar.