Poner mi imaginación a toda potencia todo el tiempo, buscando como jugar con todo a mi alrededor. Sacándole mi mundo de fantasia a la vida que vivo. Vivir ilusionada con Santa Clause y los Reyes Magos durante la Navidad; creer en la magia en el primer instante sin buscarle la lógica a nada.
Ver como me llenaba de juguetes en vez de responsabilidades y accesorios; los juegos de mesa y los libros de colorear eran perfectos para matar una tarde aburrida y era una excusa fácil para socializar o simplemente para disfrutar el rato. Vaya como cambia todo con el pasar del tiempo. Encariñarme con algún peluche o muñeca y que se convierta en parte de mi vida por el simple hecho de tener a alguien que me entienda.

Pelearse por ser el primero y el mejor en algo sin hacer daño. Estar enseñando todo porque simplemente es más lindo que lo que tienen los demás. Todo lleno de colores y los muñequitos que nos encantaban.
Embarrarnos de tempera, de tierra, comida o de cualquier cosa sin que nos criticaran o nos dijeran torpes. Ver mis dibujos como obras de arte. Emocionarme al ver un columpio o chorrera e ir corriendo para jugar aunque tuviera un traje puesto. Terminar una fiesta totalmente distinta a como llegué pues teniendo la ropa estrujada y los accesorios todos virados con el pelo hecho un desorden. ¡Que tiempos aquellos!
Extraño la simplicidad de muchas cosas, lo hermoso que puede ser cada detalle, el estar horas y horas mirando al cielo y buscando figuras con las nubes que pasaban. Extraño estar horas y horas jugando sin importarme cuanto tiempo estaba usando.
Vestirme con la ropa de mis padres o usar algún disfraz para adentrarme a un personaje por el simple hecho de sentirme en el rol cuando jugaba. Usar los maquillajes y los accesorios de mi madre para sentirme "grande" pero al mismo tiempo siendo niña.

Ver cada salida como un viaje e imaginarnos que el vehículo era un cohete o un avión. Y si saliamos acompañados de alguien de nuestra edad pues el viaje era mucho más divertido. Me acuerdo que ir a la playa era entre estar metidos en el agua y jugar en la arena, ir al cine era mágico, ir a hacer gestiones era malisimo e ir al dentista o a algún medico era algo traumante. Y si viajabas a otro país era como viajar por la galaxia.
Soñar con crecer y poder hacer "las cosas que hacen los adultos", pintarnos el pelo, usar maquillaje, tener dinero, usar tacas altas, ropa exótica y lo mejor, usar una cartera bonita. Los nenes lo veian cool pero querian ser grandes para tener un carro de verdad, barba y ser "hombrecitos".
Nunca supe lo díficil que iba a ser la vida del adulto, no niego que tiene muchas cosas buenas pero aún así extraño y quiero ser niña otra vez. Uno no aprecia la niñez y tanto que podemos aprender de ella. Creo que debemos siempre pensar y mantener nuestras energías como los niños, pero con la madurez y experiencia de la adultez para así buscar la manera de mantener el sentido de la vida en nosotros.
Los niños no saben lo que tienen que es tan preciado y que esa etapa nunca volverá a sus vidas. Hoy día muchos ni saben lo que es la niñez pues pretenden brincar etapas y ser pequeños adultos sin saber que esa etapa es la más dura y prolongada que existe. Uno es niño una vez en la vida y luego de eso no hay vuelta atrás, quizás lo revivamos en algo el día en que uno se vuelve padre pero nunca es igual.
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