Las ganas de gritar y llorar no me han faltado, siento un peso en mis hombros que apenas me permite estar en pie y el tiempo se ha vuelto mi peor aliado. La espera es mi enemiga, los momentos son confusos y la historia sigue cambiando. Mi concentración se vuelve incierta y me termino ahogando en un vaso de agua.

El tiempo no da para nada y al mismo tiempo da para todo, quiero y tengo que sentarme a anotar todo lo pendiente pero el papel se va corriendo y se me olvida escribir. Me casé con el compromiso y las responsabilidades, ahora estamos en una crisis matrimonial. Hay esperanzas pero al mismo tiempo la incertidumbre de que los cambios que ocurran pueden cambiar mi pensar.
Son 20 mil sentimientos encontrados y no me siento igual que siempre, quizas mi motivación este en baja o necesita un respiro de tanto ajetreo. Solo espero que pronto pueda tener una oportunidad de reestablecerme y seguir adelante. Todos necesitamos un descanso y un respiro pero a veces la vida nos oblige a hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario