Mis cadenas de amargura

Soy una persona como cualquier otra, tengo mis defectos y mis atributos.  Estoy rodeada de un mar de sentimientos malos y buenos, oscuros y puros. Todos se conectan como una cadena, con una atadura, siempre unidos.

Los momentos de oscuridad me definen, mientras que las cadenas de amarguras me dominan.  No son de metal ni tampoco me tienen atada, son las invisibles que me atrapan emocionalmente. Tienen el tipo de atadura que no se rompe con una tijera porque depende de mi misma.  Me lleno de espejos reflejando una imagen borrosa e incierta; y lo transmito cuando camino.

Las sombras me siguen por gusto, y la nuble gris es parte de mi vestimenta.  Aunque todo sea parte de ello, los colores mueren de momento.  La amargura es invisible pero ataca y sus golpes son casi imposibles de evitar.  Mientras todo esto ocurre, sigo mi rutina normal, como si nada pasara; mientras que por dentro estas cadenas me consumen.

Emocionalmente ando indecisa, llevo demasiada carga pesada en mis hombros, no encuentro salida de esta atadura.  Tengo 20 salidas que no puedo ver y solo termino cayendo en el mismo abismo.
Todo es una conexión, todo está unido. Y estas cadenas me atan a sentimientos que cambian mi modo y mi ánimo.  Es difícil romper este nudo, mientras me ahogo nadando aquí...no hay palabras que lo cambien, aún no conozco la clave para encontrar la llave que me desencadene.

La salida no existe cuando la solución no está clara. Peor cuando los sucesos solo hacen que las cadenas se enreden y se aten más unas a otras.  Romperlas requiere mucha paciencia, comprensión, amor, pero sobre todo tiempo, ya que es la mejor llave que pueda existir. El resto depende de mí.

Mis cadenas de amargura las cargo conmigo siempre, pero todo depende si deseo usarlas o no...