Siempre habrá un mal día

Como es parte de la vida, tiene muchas cosas buenas y otras no tan buenas pues claro, eso es parte de nuestro vivir.  No todo es perfecto porque la perfección no existe, siempre habrá algo que hará que las cosas no salgan un 100% bien.

A veces sentimos que una nube nos pasa por encima cuando tenemos un mal día.Los días malos vienen como todo, cuando les da la gana, así es la vida impredecible pero eso es lo divertido de ella.

No siempre saldrán las cosas como queremos pero lo importante es tener una buena actitud hacia ello. Recuerda que de todo se puede aprender algo.

Siempre habrá un mal día pero no dejes que un mal momento te cree un día malo. Y como la imagen nos dice, los días malos pasarán.

Odio ser la chica buena

Estoy en un punto de mi vida en donde ando por dos caminos. Mientras tanto multiplico los defectos de mi persona en una lista con tinta roja. Para muchos soy "la mujer ideal", la que no tiene defectos y un pasado tan limpio como agua cristalina. Todos dicen que debo sentir orgullo por eso pero tristemente la vida se ha encargado de hacerme ver eso como un castigo. Ha sido lo peor, no me ha permitido vivir una vida completa, completamente propia, completamente mia, por mí y para mí.

Me odio por haber sido la "chica buena" por lo decir lo que queria, por obedecer; por dejar que mis miedos impidieran hacer lo que siempre quise hacer. Odio ser la "chica buena" porque no tengo experiencias de vida, no tengo historias para contar, ni siquiera de mentiras para el entretenimiento de otros. Odio haberme portado bien, de haber hecho "lo correcto"  de no brincar etapas ni de tener una rebeldía temporera.

"Las nenas buenas van al cielo y las malas a todas partes" la frase primordial del sello de las buenas pues tenemos como rol principal ser las aburridas. Mientras que las "chicas malas" son las aventureras, con historias para contar; las que tienen muchas caidas duras pero también las mejores victorias. Son las mujeres con un pasado y aunque los hombres dicen que no son las primordiales para el matrimonio pero a la hora de la verdad son las primeras con el anillo y el traje blanco. Obvio que las buenas somos la última opción, ya que la mayoría quiere cumplir los estándares de la sociedad de tener una mujer que los "represente" pero siempre somos las últimas nunca primeras ni el mujerón que deseen ya que somos muy aburridas para eso.

Odio y odiaré siempre haber sido "la buena" ya que es un sello difícil de cargar y no se borra con nada; eres simplemente la aburrida y sumisa ante todos; las malas lo pueden borrar y decir que son cosas del pasado y que han madurado. Odio tener esa carga conmigo por el resto de mis días porque no soy "la interesante" ni tengo anéctodas para contar. Ni siquiera tengo derecho de dar opiniones  a las situaciones porque no las viví.   ¿De que me sirvió? Siempre hacer lo correcto, de no romper las reglas, de no haber hecho lo que hicieron otras. Para nada me sirvió.

Me odio y me odiaré siempre por tener este sello que ha sido la peor de todas mis maldiciones. Las malas tienen su sello y su reputación pero para las buenas como yo solo tenemos una cosa y una solamente: absolutamente nada.

Como la lluvia en la sequía

La pasión no tiene nombre ni medidas. El amor llega cuando menos te lo esperas y como una explosion entra a tu vida. Algo así como cuando sientes la sensación de escalofríos pero llenos de emoción.

Te llenas de marcas por amores previos y lecciones de la vida, solo esperando para ver si algo te cambia la existencia.  Porque los milagros existen si verdaderamente se cree en los cambios.

Mi sequía es tanta que las palabras bonitas se me olvidaron, expresarlas es algo primitivo y que nunca he puesto en práctica.   No conozco la dulzura y demostrar amor es como aprender un idioma extranjero.

Ando como un desierto en la vida; coriendo hacia los propósitos que me propongo pero me he ocupado de tener todo tan perfecto que las cosas importantes las he descuidado tanto que he creado un desierto inmenso.

De momento como las enigmas de una sombra apareciste sin ser invitado. Interrumpiste mi paso, empeñado en ser mi acompañante. Me había creado una capa tan fuerte que pensar tener compañía resultaba ser extraño.  Pero no me negué a tu petición.

Aprendí a tenerte y me adapté con una facilidad increible que me sorprendo de mi misma. Para ti fue similar aunque lo disimulaste bastante bien.  Como trabajar con dos bueyes machos en el mismo corral, sencillo búscale algo común de lo que puedan dialogar.

Como la lluvia en la sequía llegaste a mi vida, todo ha cambiado, lo mejor para bien. Y aunque las cosas han cambiado, no he dejado de ser yo misma.

Emociones privadas

Noches eternas que tienen días, oscuridad profunda que siempre encuentra la luz. Vacios que siempre buscamos rellenar con algo que luego no tiene sentido.

Lluvia que llega en medio de una sequía; mientras que las emociones privadas me dominan a mi.

Mi corazón brinca como si infartara, mientras me quedo tranquila observándote. Confesiones que vuelan y en mi timidez me escondo yo.

Miradas se pierden mientras la concentración se va de paseo, encuentras el momento perfecto para todo mientras yo no digo nada.

Emociones privadas con las que me quedo yo, sin poder decirte nada, no porque no quiera, si no porque sencillamente es mi manera de ser.

Me escribes cuando regreses, si alguna vez estuviste

Criticar es parte de tu naturaleza, algo que no puedo cambiar, es como quitarle la luz al sol, algo imposible.  No podemos hablar de un tema sin discutir o tener algún problema. No te pido que pienses igual que yo, solo quiero que podamos tener una conversación amena, creo que no es mucho pedir.

Estamos entrelazados de por vida, no cambia eso pero hay cosas que podemos mejorar si estas en la mayor disposición.  No juzgues mi vida si no sabes que he tenido que hacer con ella, porque la falta de apoyo me ha hecho buscar alternativas que quizas no quisiste para mí pero al no tenerte no tuve mucha opción.  Los títulos y los roles son relativos si no hay la presencia de una persona.

Si no estas para hacerme un bien no pretendas quedarte a mi lado como si nada, todo lo negativo se debe ahuyentar para mejorarnos a nosotros mismos.  Recuerda que se pierde el tiempo de ambas partes.

Si no estuviste cuanto te necesite, no quiero que estes ahora cuando me acostumbré a estar sola.  No necesito un salvavidas si aprendí a nadar en contra la corriente en mar profundo.  No pretendas ser un héroe cuando yo misma aprendí a ser mi propia heroina.

Me enseñaste a tomar buenas decisiones pero por ello la vida me castigó y tu con ella te fuiste para dejarme en plena soledad sin ayuda alguna.  Te encargaste de ilusionarme con un gran castillo para que al final me dejaras construirlo sin herramientas.  Total lo que aprendí de ti es que si alguien te trata bien lo maltratas y lo abandonas cuando más te necesite, lamento decirte que esa no sere yo.

Estas palabras son lo poco que te puedo dejar, ya que hablar no sirve para nada.  Espero que si alguna vez me deseas escuchar solo te pido que me escribas una carta para saber si estuviste o no alguna vez en mi vida...

¿A dónde vamos?

A donde vamos con tanto apuro, pareciera que vivieramos con un cronómetro encima con una bomba a punto de estallar si no cumplimos.  La vida es ajetreada, vamos en constante apuro y hacia donde, muchas veces ni sabemos.

Nos dirigimos hacia un lugar sin rumbo alguno, solo sabemos que nos toca ir para allá.  Muchas veces llegamos al punto donde parecemos robots porque ya estamos preterminados a lograr hacer algo.

Todos tenemos un rumbo por el cual nos dirigimos pero realmente vamos a lo que queremos o buscamos lo primero que vemos. 

¿A dónde vamos en esta vida?, realmente, ¿vamos a donde queremos estar? o ¿donde decimos que queremos estar?  Donde vamos no esta predeterminado ese lugar lo determinamos nosotros con el andar, las acciones, las experiencias y conociéndonos a nosotros mismos. 

Dicen que no es el caminar es el andante, que no es cuan largo sea el camino si no es cuanta fuerza y resistencia lo soportas. No es lo rápido que llegues es cuanto puedes aguantar en ello.

Adicción

¿Qué difícil es dejar de hacerlo, porque siento placer cuando no debo? Agotas mi tiempo y energías en lo innecesario.  Me agobias pero al mismo tiempo eres un consuelo.

Llevo tiempo con esto y quitarte cada vez es más difícil.  Mi sistema se ha acostumbrado a tí y como toda adicción, sacarte me duele mucho.  Y pasa más el tiempo y peor se vuelve.

Llegas al punto donde dices ¡basta ya! pero la pregunta es ¿cuándo llegará el momento de detenerme? ¿cuándo estas perdiendo o lo haz perdido todo?

¿Lo más difícil de todo el proceso? Admitirse a uno mismo que tienes un problema y estas en el punto donde no sabes como solucionar ese problema.

Buscas alternativas y comienzas a aplicarlas en tu vida, pero es ahí donde la tentación se vuelve extremadamente fuerte, se te aparece hasta en la sopa y por más estrategias que tengas a la mano, el problema te ataca a golpes ofreciéndote momentos de placer.  Es como una persona sedienta recibiendo agua.  Esta en uno mismo si caes en ella o no; y si caes la sensación de culpabilidad te domina.

Pasa el tiempo y si logras pasar la situación verás todo como una larga pesadilla o una gran experiencia que traerá consigo historias para contar y puedes llegar al punto donde seas una ayuda para otros.

Muchos superan sus adicciones mientras muchos otros no.  Está en uno mismo si queremos estar estancados en lo mismo o darnos la oportunidad de un cambio para mejorar.

Maestros

Hay muchas profesiones y todo tipo de personas que trabajan en ellas, pero que serían de las profesiones si no existieran los maestros. ¿Esos seres que pacientemente buscan las maneras de enseñar el material que debemos aprender?

Son quienes tienen como tarea impartir enseñanza, además de eso tienen otras tareas no asignadas, ser consejeros, cuidadores, mimadores, y hasta enfermeros en ocasiones.  Muchos son padres, madres, hijos, y se dividen el rol para también enseñar.

No todos ejercen esta profesión con amor; como todo nunca habrá algo del todo bueno.  Es sacrificada ya que es un trabajo que requiere más allá de unas 8 horas de oficina. 

El aprendizaje no tiene caducidad y cada vez hay más conocimientos.  Son innovadores porque tienen que trabajar con ello.  La enseñanza deben moldearla para cada alumno que llega a su salon.

¿Qué haríamos sin ellos? No supieramos escribir, ni leer, no tuvieramos una base sólida de aprendizaje.  Es una profesión antigua que ha prevalecido, cambiando muchas cosas pero su propósito principal sigue intacto: enseñar. 

Muchas veces no se les aprecia como deben, ni ganan lo que merecen pero algo que ellos dan que no tiene precio es el aprendizaje y momentos que nunca se olvidan. Así que si haz leido esto, dale gracias a un maestro.

La vida en un instante

La vida en un instante...
De nada todo cambia, un momento significa tanto y te puede marcar de por vida. Si, todo en un instante. En un momento se sonrie la alegría más hermosa o se puede llorar la tristeza más trágica. Solo toma un segundo para que todo cambie.

Tenemos 60 segundos en un minuto, 60 minutos en una hora, 24 horas en un día y 365 días en un año. El tiempo es calculado pero los momentos no. Cada segundo de vida cuenta y un momento puede cambiarlo todo. Aprendemos ver la vida desde otro punto cuando nos sentamos y apreciamos el momento, sea el mejor o peor de todos.

Sea llorando o riendo la vida sigue corriendo y los momentos se van con ella porque la vida puede cambiar en un instante.

Vacio

No sientes mucho porque ya nada te llena, el aire se puede volver algo tan profundo que te ahoga. Hay espacio demás y nada lo llena, no se acumula, solo sigue ese hueco interno.  La profundidad es como un abismo que cada vez se abre más y más.

Fantasmas, sombras, nubes negras llenan el interior, la luz se desvanece poco a poco y lo que pasará es incierto.  Los miedos dominan, la incertidumbre reina, el tiempo no cuenta y las esperanzas, si existen, son casi nulas.

Los pensamientos se vuelven dominantes, siendo los peores enemigos.  La mente confirma su gran poder de dominar el cuerpo de la persona, algo tan poderoso que crea y destruye con fuerza.  Buscas como evitarlo pero la voluntad se desaparece.

Un vacio no se llena con cualquier cosa y muchas veces podemos lograr que se profundice más en vez de llenar.

Estancada

El tiempo va pasando y siento que me quedo en un mismo lugar.  Es frustrante cuando vez que todo sigue corriendo pero tú no avanzas ni un paso. La vida siempre corre pero cada uno de nosotros va a su propio ritmo; y hay momentos en donde quieres avanzar pero la vida misma se opone a que sigas.

Estancada en un camino sin salida, en que solo debes esperar a que el tiempo pase y te indique hacia dónde vas a ir.  El estancamiento en donde no hay progreso, donde no hay muchas alternativas, en donde nos desafía como personas. Es como el agua estancada que solo se queda en el mismo sitio, esperando a una sequía o se rellene con agua nuevamente.

El tiempo se vuelve pesado, las palabras de aliento no funcionan, vemos a ciegas; el silencio es profundo, la lejanía es lejana, la esperanza es difícil y todo parece dar más preguntas que respuestas.  Lo dulce es amargo y lo amargo es más amargo; lo triste es terrible y la felicidad es ajena.

Doy vueltas en un círculo vicioso, las curvas son cerradas, el camino va de subida y fácilmente uno puede resbalar. No sabes cuándo termina todo, y apenas sabes cuándo empezó, lo único que sé es que llegue a este punto sin saberlo.

El estar estancada me hace pensar si en realidad las metas que tengo en mente son las correctas y que debo hacer para poder llegar a ellas, si hay que hacer cambio alguno. No sé cuándo o como saldré de esta, lo único que tengo asegurado es que al final de este estancamiento tengo otra lección aprendida. 

Porque esperar

Por qué esperar a una ocasión es como esperar que el tiempo pase como nos conviene. Cuando en realidad el tiempo pasa de la misma manera siempre.

Por qué tenemos que pretender mantener una imagen ante la gente, es tan difícil ser nosotros mismos. 

Por qué esperamos una celebración para celebrar la vida, si cada día vivido es una bendición.

Por qué esperar el último día del año para darnos cuenta que tenemos 365 días para vivir un año. 

Por qué esperar una ocasión especial para arreglarse bonito, lucir diferente, demostrar cariño.

Por qué esperar a un momento especial para vivir, porque esperar a algo pase para ser feliz.  Estamos por tiempos pensando en lo próximo que queremos que venga sin pensar si en verdad lo necesitamos en nuestras vidas. 

Por qué esperamos el “momento adecuado” cuando el tiempo no se diferencia. ¿Por qué esperar? ¿Acaso la felicidad tiene momento preciso? ¿Existe algún momento para ser feliz?

Y si existe por que esperamos para ser felices….