La semana pasa y pasa y nosotros viviendo una rutina. Se nos va el tiempo sin darnos cuenta. Ahnelamos los momentos precisos para hacer algo fuera de lo común para marcar lo que será otro momento más.
Caminamos por caminar y nos olvidamos de observar, oimos pero no escuchamos atentamente. Tenemos el tiempo contado o nos ocupamos demasiado en contarlo para hacerlo más corto aún.
Bailamos el ritmo que todos bailan, en vez de bailar el nuestro. Hacemos las cosas por obligación y no por pasión. Dónde quedó la motivación, estancada en un camino. En vez de esperar porque llegue, nosotros debemos llegar a lo que queremos. Seamos felices porque queremos serlo aunque todo este en nuestra contra.
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