La persona nace, se desarrolla, envejece y luego muere tal y como es certificado. Pero luego de los primeros años de vida en donde existe la mayor curiosidad de conocer, luego de los tiempos del juego y vivir sin preocupaciones; la vida nos lleva por un rumbo desconocido para nosotros.
Dicen que la edad es un número, pero por cumplirlo somos penalizados. En los primeros años de vida esto se ve como algo hermoso pero luego no se ve de la misma manera es más se considera como algo trágico. Lo curioso de esto es que se supone que al cumplir más edad signifique mayor valor hacia la persona; ya que trae consigo la experiencia y grandes sabidurias.
Lamentablemente vivimos en un mundo en donde se quiere vivir la juventud eterna y no se quiere ver la vejez como algo valioso. Todos quieren mantenerse joven e ir en contra de la naturaleza, lo cual no debe ser, nacimos de una manera y así mismo debemos seguir como es dictado. Hay que recordar siempre que aunque podamos envejecer lo importante es mantener el mismo espiritú de persona joven.
No se puede negar que los años pesan, pero muchas veces debemos pensar como el vino ya que dicen que mientras más viejo mejor es. Nos deterioramos por fuera pero adentro podemos seguir teniendo esa chispa que ilumina nuestro espiritu. La belleza desaparece pero la inteligencia siempre se queda al igual que la experiencia.
Los años pasan, pasarán y seguirán pasando, nada se tiene, todo sigue su rumbo. Pero somos nosotros quienes hacemos de nuestros años lo mejor por haber; y somos quienes hacemos de la vida una vida.
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