Muchos amamos el dormir, es la oportunidad que uno tiene para despejar la mente, pero también dormimos porque sin eso nosotros como seres humanos no funcionamos.
En algún momento mientras estamos dormidos, sentimos que salimos de nuestro cuerpo para entrar a otra vida, una vida completamente ajena a la realidad y a las cosas que vivimos en el día a día. En nuestros sueños vivimos experiencias jamás vistas o simplemente soñamos cosas que luego suceden.
Lo mejor de los sueños es que es individual, nadie tiene el mismo sueño. Si habláramos de los sueños y de lo que soñamos tendríamos que estar varias semanas hablando y escribir una enciclopedia, ya que hay demasiadas de teorías.
A veces sentimos que a la hora de dormir nos vamos para cumplir con esa otra vida, porque lo que parece unas horas de descanso resulta muchas veces ser un tiempo sin determinación en nuestros sueños, en ellos pueden pasar años en cuestión de segundos. Nos creamos personajes de nosotros mismos o vivimos una versión distinta de nuestra vida.
¿Pero en realidad dormimos para soñar, para descansar o vivir? Bueno se puede decir que para las tres cosas, no siempre uno sueña pero descansa, o al revés muchas veces soñamos más de lo que descansamos y todos tienen en común que sin eso no podemos funcionar como seres humanos; aunque a veces se siente que vamos a vivir otra vida a través del sueño.
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